domingo, 23 de febrero de 2014

Oraciones para todos los días 1º ciclo

REZAMOS POR LA MAÑANA

Oración de las eñes

Tú, Señor, que fuiste niño
y que siempre me acompañas,
a ti, que nunca me engañas
y me tratas con cariño,
te ofrezco mis pocos años
te ofrezco mis muchos sueños,
líbrame de todo daño,
porque tú eres mi Dueño.




 ¡Aúpa, Jesús! ¡Arriba!
Contigo yo me levanto,
contigo comienzo el día,
con el Espíritu Santo
y con la Virgen María.









Hazme Señor, que me ría
y no pierda la alegría,
ja, ja, ja.
Cuando hay penas, ¿qué más da?
porque tú eres mi papá,
y mi mamá es María.






                                                           Para ti, Señor de mi alma
por ti, que tanto me quieres
me pongo a hacer los deberes,
con ilusión y con calma

Y porque tú eres mi amigo
te ofrezco todo, Jesús,
quiero trabajar contigo,
a tu lado y como tú.


Padrenuestro de los niños





PADRE NUESTRO DE LOS NIÑOS


Padre Nuestro, que siempre nos miras

cuida de nosotros, todos los días

que no nos peleemos

que sepamos perdonar



que seamos amigos y vivamos en paz.

gracias por todo lo que nos das

que sepamos compartirlo con los demás.





SEMANA VOCACIONAL


HIJAS DE LA CARIDAD: SEMANA VOCACIONAL

viernes, 21 de febrero de 2014

Oración para todos los días E.P.



Querido Padre Dios:
Los niños y las niñas que somos amigos de Jesús,
queremos darte gracias porque sabemos que nos quieres mucho.

Queremos decirte que queremos ser como Jesús y que como Él ,
vamos a querer mucho a las personas que viven con nosotros.

Vamos a mirar a nuestro alrededor para descubrir a aquellas personas
que necesitan nuestra ayuda, sobre todo a las que necesiten más...
Vamos a ofrecer nuestra ayuda, que aunque pequeña como nosotros
es grande como es nuestro corazón.

Sólo te pedimos una cosa, que sigas dándonos la alegría de saber
que nos quieres mucho y nos enseñes a ser agradecidos con
todas las personas que nos muestran tu Amor.

Padre nuestro, gracias por nuestro amigo y hermano Jesús,
¡haz que seamos serviciales como Él!

Oraciones para cada día E.P.


LUNES

JESÚS, YO TE BUSCO“ERES MI AMIGO”
Un día Jesús paso por Jericó, En esa ciudad vivía Zaqueo, que era cobrador de impuestos y no era muy bien visto por todos los del pueblo porque con esto se había hecho rico a costa de quitarle el dinero a los demás.
Zaqueo había oído hablar de Jesús y quería verlo, pero, como era pequeñito no sabía cómo. Oyó decir que Jesús, iba a pasar por ese pueblo y se le ocurrió una brillante idea, vio un árbol de sicomo-ro y se trepo en el. Cuando Jesús vio lo que zaqueo había hecho le dijo: “Zaqueo baja de ahí, porque hoy debo hospedarme en tu casa”. Zaqueo, emocionado, Le pidió perdón a Él y a todos los que había robado, y prometió que de ahora en adelante iba a ser una buena persona.
Y desde entonces Jesús y Zaqueo fueron amigos para siempre


ORACIÓN

                                                      Te busco, cuando no te veo…
A veces me pregunto dónde estás.
Cuando se me hace duro el silencio o la escucha.
Cuando miro alrededor y no descubro destellos de tu presencia.
Cuando la duda me atenaza y me lleva a sospechar de todo.
Cuando me siento cansado, herido, vulnerable,…
o simplemente, cuando, aun estando bien, te echo en falta,
porque el ruido, la prisa o las rutinas me hacen olvidarte.
Y por eso hoy me vuelvo a ti y te digo, Señor, dame tu luz.



Querría que mi camino sea tu camino;
que mis pasos, aunque vacilen y duden, sigan tus huellas;
que mis opciones sean las que me ayuden a seguir tu paso en esta vida.
Querría ser un caminante sin otro horizonte que tu Reino,
sin otra meta que tu justicia,
sin otra palabra que tu Evangelio,
sin otro canto que tus anuncios.
Cuando haya tormentas y cuando haya paz.
En senderos suaves y en caminos abruptos.
Ayúdame, Señor, a seguir caminando tras tus huellas.




MARTES

Esta es la historia de Cristín, un niño de 6 años que vive en una ciudad que se llama SOLIDARIDAD. Tiene un gran Amigo. Es un Amigo muy especial. No es como todos. Cristín y su Amigo se quieren mucho.
Cuando Cristín está con su Amigo, este le invita a mirar el mundo. Cristín acompaña a su Amigo y descubre cómo actúa. Su Amigo comparte, es servicial, generoso, agradecido, colaborador y ofrece siempre su ayuda. Además, su Amigo prefiere a los más pobres, a los más tristes... para ofrecerles todo lo que es y tiene. Su Amigo es feliz.

Cuando Cristín regresa a casa después de haber estado con su Amigo, también se siente feliz. Su mamá siempre le cuida y Cristín se siente feliz.
Hay veces que Cristín necesita ayuda. Y siempre encuentra a alguien que le preste ayuda. El se siente agradecido con los demás. Y eso le hace feliz.
Habla con su Amigo de todo lo que le ocurre. Cristín descubre a su Amigo ayudando y queriendo a todos. Un día, Cristín descubrió que necesitaban de su ayuda y recordó las palabras de su Amigo, que eran una invitación a servir, a amar como Él. Y Cristín se ofreció para ayudar y descubrió la alegría de servir. ¿Y Tú?.

ORACIÓN

Te busco, porque estás ahí
¿Dónde estás, cada día?
En los rostros conocidos, y tal vez en los anónimos,
cuya mirada se cruza con la mía.
En los amigos lejanos y en los próximos.
En el trabajo diario. En los aciertos y en los errores.
En las decisiones que hay que tomar.
Estás en el silencio, como susurro, y en la noticia, como grito.
Me hablas en sentimientos y en palabras, en reflexiones y encuentros.
Y por eso hoy me vuelvo a ti y te digo, Señor, enséñame a reconocerte.

Querría que mi camino sea tu camino;
que mis pasos, aunque vacilen y duden, sigan tus huellas;
que mis opciones sean las que me ayuden a seguir tu paso en esta vida.
Querría ser un caminante sin otro horizonte que tu Reino,
sin otra meta que tu justicia,
sin otra palabra que tu Evangelio,
sin otro canto que tus anuncios.
Cuando haya tormentas y cuando haya paz.
En senderos suaves y en caminos abruptos.
Ayúdame, Señor, a seguir caminando tras tus huellas.




MIÉRCOLES 

Siempre está Él en el camino

TEXTO BIBLICO Lucas 24, 13-35
“Ese mismo día, dos de los seguidores de Jesús iban a Emaús, un pueblo a once kilómetros de Jerusalén. Mientras conversaban de todo lo que había pasado, Jesús se les acercó y empezó a caminar con ellos, pero ellos no lo reconocieron. Cuando se acercaron al pueblo de Emaús, Jesús se despidió de ellos. Pero los dos discípulos insistieron:
—¡Quédate con nosotros! Ya es muy tarde, y pronto el camino estará oscuro.
Jesús se fue a casa con ellos. Cuando se sentaron a comer, Jesús tomó el pan, dio gracias a Dios, lo partió y se lo dio. Entonces los dos discípulos pudieron reconocerlo, pero Jesús desapareció. Los dos se dijeron: «¿No es verdad que, cuando él nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras, sentíamos como que un fue-go ardía en nuestros corazones?»
En ese mismo momento, regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los once apóstoles, junto con los otros miembros del grupo. Los dos discípulos les contaron todo lo que había pasado en el camino a Emaús, y cómo habían reconocido a Jesús cuando él partió el pan.

.ORACIÓN

Que te busque siempre
No me dejes perder la inquietud por buscarte.
Tal vez en muchos momentos ni seré consciente de ti.
Pero no me dejes acostumbrarme.
Que siga ahí la inquietud, la sed, el deseo, la pregunta.
Que no me venza la rutina ni el cansancio.
Que no te dé por supuesto, porque cada día eres nuevo.
No me dejes acomodarme en lo que ya sé de ti y de tu proyecto,
porque hay tanto por descubrir…
Y por eso hoy me vuelvo a ti y te digo, Señor, que no deje de buscarte.

Querría que mi camino sea tu camino;
que mis pasos, aunque vacilen y duden, sigan tus huellas;
que mis opciones sean las que me ayuden a seguir tu paso en esta vida.
Querría ser un caminante sin otro horizonte que tu Reino,
sin otra meta que tu justicia,
sin otra palabra que tu Evangelio,
sin otro canto que tus anuncios.
Cuando haya tormentas y cuando haya paz.
En senderos suaves y en caminos abruptos.
Ayúdame, Señor, a seguir caminando tras tus huellas.



JUEVES

Proponemos la lectura del texto del buen samaritano.

Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? 
Respondiendo Jesús, dijo: 
Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto.
Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. 
Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. 

Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. 
Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. 
¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? 
El dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.

Visualizar el youtube de la parábola del buen samaritano en el enlace: http://www.youtube.com/watch?v=jhDETeQMZtA

ORACIÓN
Querido Padre Dios:
Los niños y las niñas que somos amigos de Jesús,
queremos darte gracias porque sabemos que nos quieres mucho.
Queremos decirte que queremos ser como Jesús y que como Él ,
vamos a querer mucho a las personas que viven con nosotros.

Vamos a mirar a nuestro alrededor para descubrir a aquellas personas
que necesitan nuestra ayuda, sobre todo a las que necesiten más...
Vamos a ofrecer nuestra ayuda, que aunque pequeña como nosotros
es grande como es nuestro corazón.

Sólo te pedimos una cosa, que sigas dándonos la alegría de saber
que nos quieres mucho y nos enseñes a ser agradecidos con
todas las personas que nos muestran tu Amor.

Padre nuestro, gracias por nuestro amigo y hermano Jesús,
¡haz que seamos serviciales como Él!

VIERNES


El ciego Bartimeo
buscó a Dios y lo encontró…
Jesús se dirigía a Jerusalén a celebrar la Pascua. Mien-tras salía de Jericó, que estaba a una jornada de distancia, acompañado de sus discípulos y de la gente que le seguía, se encontraron con un mendigo ciego llamado Bartimeo, hijo de Timeo, sentado al lado del camino que conducía a Jeru-salén.

Al percibir el ciego que pasara tal cantidad de gente le extrañó y preguntó qué era aquello. Le dijeron que era Je-sús, el de Nazaret. Entonces empezó a gritar con todas sus fuerzas: <<Hijo de David, Jesús, apiádate de mí.>>
Por lo que había oído de él, sin duda era el Mesías esperado y tal vez pudiera devolverle la vista. La gente le regañaba para que se callara; pero él gritaba todavía más fuerte: <<Hijo de David, apiádate de mí.>> Jesús le oyó, se detuvo y mandó que se lo trajeran. Entonces la gente cambió de tono con él: <<Ánimo, te está llamando, levántate>>. El ciego arrojó su manto a un lado y se le acercó casi corriendo. Jesús le recibió y le preguntó qué quería que le hiciera. Claro que lo sabía, pero quería darle la oportunidad de enfrentarse a su fe para ver si realmente creía que Él pudiera darle la vista. Esta era su pe-tición: <<Maestro, que vuelva a ver. >> Aún recordaba con nostalgia sus primeros años, cuando tenía ese regalo maravilloso de Dios. Y luego aquella enfermedad que nadie pudo detener poco a poco se le fue nublando la mirada ante la tristeza de sus padres y ante su propia desesperación. Y después los años que habían transcurrido en soledad y en amargura cuando todos le fueron abandonando como si fuera un maldito de Dios. Y ahora la esperanza de nuevo anidaba en su corazón; más que la esperanza, la certeza. Jesús le dijo: <<Anda, esa fe que tienes es lo que te da la vista. >>
Y volvió a ver. Desde aquel momento de su vida tuvo rumbo: decidió seguir a Jesús por el camino

ORACION: Que vea!

Señor, que vea…
… que vea tu rostro en cada esquina.
Que vea reír al desheredado
con risa alegre y renacida.
Que vea encenderse la ilusión
en los ojos apagados
de quien un día olvidó soñar y creer.
Que vea los brazos que,
ocultos, pero infatigables,
construyen milagros
de amor, de paz, de futuro.
Que vea oportunidad y llamada
donde sólo hay bruma.
que vea cómo la dignidad recuperada
cierra los infiernos del mundo.

Que en el otro vea a mi hermano,
en el espejo un apóstol,
y en mi interior te vislumbre.
Porque no quiero andar ciego,
perdido de tu presencia,
distraído por la nada…
equivocando mis pasos hacia lugares sin ti.
Señor, que vea…
…que vea tu rostro en cada esquina.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Sta. Luisa (Tutorías)



Santa Luisa 
 de Marillac






GUÍA PARA TRABAJAR SANTA LUISA DE MARILLAC CON NUESTROS ALUMNOS/AS

OBJETIVOS:

Ø  Conocer a Luisa de Marillac como sembradora de Amor y Vida entre las personas más necesitadas de la época.
Ø   Conocer la figura de Santa Luisa como pionera en los diferentes campos de servicio vicenciano.

TRABAJO PARA CADA CLASE:

Se reparte por clase el dibujo-mural de Santa Luisa o la imagen de cada letra (según corresponda por curso).
Cada clase, después de una pequeña reflexión sobre la letra que le ha tocado y el campo de servicio donde Santa Luisa dedicó parte de su vida, diseñará en una cartulina lo trabajado sobre ese campo de servicio:
-       Imágenes de la labor realizada en esa época, de dicha labor en la actualidad (personas, congregaciones o asociaciones que hoy en día realizan la misma labor que Santa Luisa), textos, frases de Santa Luisa o del Evangelio relacionadas con ese servicio…

Dichos murales con el trabajo realizado podrían ser las ofrendas de la Eucaristía.

REPARTO: “CAMPOS DE SERVICIO”

INFANTIL: “Conocer a Santa Luisa” ______ Dibujo-mural con la cara de Santa Luisa de Marillac.

L. PRIMER CICLO: “Luisa de Marillac y la infancia abandonada”
U. 3º PRIMARIA: “Luisa de Marillac y los ancianos”
I. 4º PRIMARIA: “Luisa de Marillac y los enfermos”
S. 5º PRIMARIA: “Luisa de Marillac y los presos”
A. 6º PRIMARIA: “Luisa de Marillac y los locos”.

ESO:
L. 1º ESO: “Luisa de Marillac y la infancia abandonada”
U. 2º ESO: “Luisa de Marillac y los ancianos”
I. 3º ESO: “Luisa de Marillac y los enfermos”
S. 4º ESO A: “Luisa de Marillac y los presos”
A. 4º ESO B: “Luisa de Marillac y los locos”.





Luisa de Marillac y la infancia 
abandonada.

 






“Luisa de Marillac y la infancia abandonada.

La fundación de hospitales de niños expósitos por San Vicente de Paúl y Luisa de Marillac fue una necesidad en su siglo.
En esa época aumentó la mortalidad infantil y se consideró necesario contribuir en toda la ciudad a “alimentar, mantener y nutrir” a los niños expósitos.

Se hicieron proyectos sobre una fundación expresamente destinada a los niños abandonados; se le dio el nombre de “La Cuna”.

Pero por falta de recursos, se veía la imposibilidad de continuar eficazmente “el cuidado y la alimentación de dichos niños”. Y, por otra parte, las sirvientas que ayudaban en esta tarea cuidaban muy mal a estos niños y los dejaban sin escrúpulos a cualquier gente que necesitaba la vida de un recién nacido para un uso cualquiera.

Luisa de Marillac se conmovió al saber lo que ocurría en casa de la “Cuna”.
Nadie está mejor preparado para organizar el servicio a los niños abandonados que Luisa y las Hijas de la Caridad. Luisa en seguida se pone manos a la obra.

Las Hijas de la Caridad se convertirían en febrero del 1638 en las madres adoptivas de los niños abandonados de París. Luisa compartió los primeros tiempos con estas hermanas




Luisa de Marillac y los ancianos.







 
 







“Luisa de Marillac y los ancianos”



El problema de los ancianos en tiempos de San Vicente y Santa Luisa se mezcla mucho con el tema de la mendicidad.

Vicente y Luisa buscaron una solución para suprimir la mendicidad en la ciudad. Su intento, muy modesto, debía desembocar en la creación del hospicio del Nombre de Jesús, que serviría de retiro para los pobres artesanos cuya vejez o enfermedad impedía que se ganaran la vida convenientemente. Se compró una casa en 1647, para utilizarla según las condiciones del contrato: “para alojar, alimentar y vestir a cuarenta personas de uno y otro sexo, y enseñarles las cosas necesarias par la salvación, tratando de  hacerles vivir en el temor y amor a Dios, como también emplearles en algún trabajo, y así evitar la mendicidad y la ociosidad que son la madre de todos los vicios.”

Luisa aportó en el hospicio su buen sentido práctico y su genio organizador, a la vez que su espíritu sobrenatural que, queriendo dar una solución humana a la miseria de los ancianos, tiene siempre en cuenta el estado de su alma. Vicente y Luisa, se preocuparon por la libertad de los pobres y respetaron su dignidad.

Los hospitalizados, provistos de oficios y utensilios, podían trabajar según sus fuerzas y aptitudes.
Gracias a la presencia de las hermanas y a la buena organización establecida por Luisa, la alegría, la paz, la unión y el orden reinaban en el hospicio. La buena fama del hospicio del Nombre de Jesús hacía desear la creación de obras parecidas.

Pronto su idea e iniciativa se empieza a engrandecer. El pequeños hospicio de 40 ancianos había servido de plano y modelo para el inmenso hospital que desde hace años sirve de retiro a tantos desventurados.

¡Qué bello reconocimiento a la acción de Luisa hacia los ancianos el de haber sido elegida como modelo y guía de una asociación de jóvenes del siglo XX, consagrada a la vejez pobre y solitaria! esta asociación bajo el nombre de “Luisa de Marillac” se fundó en 1909, en la parroquia de Saint Nicolás du Chardonnet, donde hace 300 años, su patrona comenzaba a visitar a los pobres y a los enfermos. Hoy en día estos lugares se han extendido por todo el mundo.







                     Luisa de Marillac 
                               y los enfermos.
 
 












“Luisa de Marillac y los enfermos”.

        La situación de los Hospitales en el siglo XVII francés era lamentable. No había cuidados o eran mínimos. Había falta de higiene, falta de espacio, de camas, lo que obligaba a colocar en distintas posiciones a los enfermos, para que pudiesen entrar dos, tres e incluso más.
        Había médicos para atender a la burguesía, a los reyes, príncipes y nobles , pero ¿Quién atendía a los pobres enfermos?.

        Luisa de Marillac decide para siempre una entrega total que había comprobado en sus visitas a las Cofradías de la caridad, desde la cual se atendían a numerosos enfermos.

         Luisa de Marillac tuvo una visión de futuro en cuanto a la atención de los enfermos. Fue una precursora real de lo que hoy, en el sistema sanitario actual, es una enfermera profesional.

Luisa y las primeras hermanas pretendieron:
“Proporcionar los mejores cuidados, para cambiar el nivel de salud aumentando el bienestar de la población francesa en un contexto de desarrollo social”.

Luisa de Marillac fue una verdadera iniciadora de lo que hoy es la Salud Pública.
Las cartas, pero sobretodo los Reglamentos de las Hermanas de Hospitales son la fuente documental de este trabajo sistematizado y  humanizador, del cual puede extraerse “una forma concreta de cuidar al enfermo”: 1. Admisión del enfermo (E.148), 2.Lecho para el enfermo (E.139), 3. Escucha y atención al enfermo (C. 657), 4. Atención espiritual: (E 140), y 5. Acoger al voluntariado: (E. 148)


Luisa de Marillac y los presos.
 

 





Luisa de Marillac y los presos

Desde 1632 Luisa visita a los presos, formando parte de un grupo de damas.            

El primer indicio que encontramos del servicio personal que presta a los pobres detenidos se desprende de una carta que San Vicente les dirigió: “La caridad hacia los pobres presos, le dice él, tiene un mérito incomparable ante Dios. Habéis hecho bien en asistirlos y haréis bien en seguir haciéndolo en la medida que podáis.” Desde este momento Luisa  pone “a su servicio” a sus hijas.

A partir de 1640, las Hijas de la Caridad, sencillas y humildes, comienzan sus tareas al lado de los presos.

Después de haberse entregado personalmente a esta obra durante un largo periodo, era experta en organizar el servicio a los presos.

Vicente y Luisa habían reconocido como difícil la organización de la visita a los presos. Ante una misión en la que el pobre aparecía bajo un aspecto tan repugnante y abandonado, Luisa no podía dudar. Por ello, tuvo que decidirse a favor de una formación de las hermanas que visitaban a los presos, les señalaba primero los peligros a los que se verían expuestas y las precauciones que tendrían que tomar.

Antes que pensar en salvar el alma de los presos, se preguntaron en cómo salvar el cuerpo, por ello Luisa se preocupa por el cuidado de la alimentación, ropa y cuidado de los presos enfermos.



 
 





“Luisa de Marillac y los locos”

Desde hacía mucho tiempo San Vicente se preocupaba por los locos, en la comunidad de San Lázaro se encontró locos “encerrados”.

Santa Luisa no era la última en compartir los sentimientos de San Vicente. Humanamente, la obra no tenía nada de atrayente: “En el manicomio están todas las personas locas y enajenadas, espíritus extremadamente mal hechos que viven siempre refunfuñando. Hay continuas disputas […] hay tanta poca sociabilidad que ellas no pueden ni siquiera vivir dos juntas y ha sido necesario separarlas, cada una hace de su capa un sayo”.

En el “Grand Bureau des Pauvres” se reclama la presencia de las Hijas de la Caridad; allí se recogían: “Los hombres viejos y decrépitos y otros pobres incorregibles o inválidos, lisiados o impotentes, las mujeres enfermas de epilepsia… a los alienados de bienes y de espíritu”.

   
    Recayendo sobre ella la tarea de elegir personal, Luisa, para alentar a las hermanas, le pide a San Vicente que: “tenga a bien hablar a las hermanas para darles a conocer el bien que se puede hacer y la manera cómo hay que comportarse”.

    Animadas por el impulso de la fe, las primeras hermanas se entregan a su nuevo campo de acción. Como siempre, les esperan trabajos muy humildes: ropería, cocina, enfermería… Pero todas esas acciones están impregnadas del amor a Dios y al prójimo.

    La dedicación a los pobres enajenados continúa, a la manera de los santos fundadores de la comunidad, en todos los continentes: “[…] han pensado que, para la buena marcha de esa gran casa de los pobres locos, es necesaria la presencia de las Hijas de la Caridad”.